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Con L de Literatura

Por Sonia Santos Vila

Cuentos checos, recopilados por Bozena Nemcová y Karel Jaromír Erben


En la ciudad de Praga y, en concreto, en el entorno de la esplendorosa Catedral dedicada a San Vito, San Venceslao y San Adalberto, me llamó la atención (y adquirí) un volumen de cuentos checos traducidos al español por el filólogo, romanista y escritor salmantino Francisco Xavier Frías-Conde, embellecidos con imágenes de la  ilustradora checa Lucie Müllerová, y publicados en la editorial Vitalis, en 2008.

La obra alberga nueve relatos, que repasamos aquí: 'La princesa negra', 'Las tres hilanderas', 'La colina de oro', 'El diablo y Catia', 'La princesa lista', 'El ave Ardiente y la raposa Fogosa', 'Largo, Ancho y Buenavista', 'La princesa de la estrella de oro en la frente' y '¡Olla, ponte a cocer!'. Según nos informa la Introducción, no son sino una selección de los cuentos checos más hermosos transmitidos oralmente, a lo largo de los siglos, que, de manera semejante a la labor folclórica que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm desarrollaron en territorio alemán, fueron recopilados (y, de esta manera, no se han perdido) por la escritora checa, nacida en Viena, y conocida por la novela Babi?ka (La abuela), Bozena Nemcová (1820-1862), y por su compatriota, el también escritor (entre otras facetas, como es el caso de N?mcová) Karel Jaromír Erben (1811-1870), ambos representantes del renacimiento nacional checo.

Son cuentos maravillosos, de hadas: nos presentan un mundo ficcional (pues ya son literatura, al adoptar forma escrita) en el que todo es posible, es decir, la magia y el prodigio, esencialmente, son las reglas fundamentales de ese ámbito, y, por tanto, cualquier manifestación extranatural (desde nuestra perspectiva como lectores) no se problematiza ni provoca ninguna reacción en los personajes ni en nosotros. Y son, además, cuentos populares, ya que apelan, románticamente, al pueblo eslavo y a sus mitos, costumbres y tradiciones, tradiciones abrazadoras de, incluso, motivos foráneos, que se plasman, igualmente, en el plano literario: así, por ejemplo, la Introducción de la obra que aquí tratamos también nos enseña que se hallan en los cuentos evocaciones a Las mil y una noches, fruto de la asimilación de historias que llevaron a sus tierras de origen los cruzados bohemios al entrar en contacto con los pueblos y las culturas orientales que encontraron en su empresa bélica.

Llamamos la atención de nuestro lector a tres de los nueve cuentos: 'Las tres hilanderas',  'El diablo y Catia' y 'La princesa lista', de los cuales el primero fue recopilado por Karel Jaromír Erben, y los otros dos por Bo?ena N?mcová.

'Las tres hilanderas' nos relata la historia de la perezosa Ludmila, quien con la ayuda de tres ancianas muy feas, que hilan prodigiosamente por ella el encargo que le hace la reina sin que esta lo sepa, conseguirá casarse con el joven rey. El recurso de las tres hilanderas trae a nuestras mentes las Parcas de la mitología romana (o Moiras, en el espacio griego, y Nornas en el entorno nórdico, entre otras denominaciones), tres hermanas hilanderas que eran las diosas del destino mediante la hilatura: dominaban el hilo de la vida de los mortales e inmortales desde el nacimiento hasta la muerte, fin que ejecutaban con un corte de tijera.

'El diablo y Catia' y 'La princesa lista' recrean el tema del diablo burlado, encontrándose este motivo también, y por ejemplo, en versiones e historias procedentes de Inglaterra, Polonia o Rusia, a veces en la relación del propio diablo con un campesino.

En 'El diablo y Catia' hallamos al diablo intentando desembarazarse de la mala, deslenguada y poco agraciada Catia: en tal empresa es ayudado por un pastor. Por ello, el diablo quiere devolverle el favor. Llega ese momento, y el diablo da al pastor unas indicaciones en relación con el príncipe y dos administradores de su país que ha de seguir, obteniendo, así, un beneficio de la parte de los administradores, como sucede. Quiere llevarse, no obstante, consigo al príncipe al Infierno. Finalmente, el pastor ayudará al príncipe (antes dilapidador, y ahora buen gobernante) a zafarse del diablo, remarcando su estupidez y advirtiéndole de que Catia pregunta por él. El pastor se convierte en un justo primer cortesano, siendo generoso con el beneficio obtenido de los administradores.

'La princesa lista' nos muestra a un artesano, Jorge, enamorado de una princesa, a la que consigue hacer su esposa mediante un pacto que sella con el diablo: este vendrá a por él en un plazo de veinte años. Jorge se convierte en príncipe gobernador. Pasan los años, y, cuando regresa el diablo, Jorge le pide tres días para poder despedirse. El diablo, por su parte, le comunica que en cada uno de esos tres días podrá pedir un deseo: si no se lo puede otorgar, le devolverá el pacto y no tendrá derecho sobre su alma. Al no saber qué pedir, le pregunta a su mujer que decida, y ella, que era una princesa muy lista, al ver cumplidos los dos primeros deseos en sendos días, sospecha de un pacto de su marido con el diablo (siendo este negro en su segunda visita, y vestido de verde en sus presencias previas en la historia). Jorge le confiesa todo a su esposa, y ella opta, entonces, por hablar con el diablo. Así pues, como tercer y último deseo, la princesa le ordena que le quite tres cabellos de la cabeza sin que ella lo note, pero el diablo le hace daño al arrancárselos. Si bien lo perdona, le manda medirlos y alargarlos en dos codos. Al no saber cómo hacerlo, el diablo se dirige al Infierno en pos de ayuda: allí Lucifer le da cuenta de su derrota, ya que si los cabellos se estiraban se rompían. No le queda más remedio que devolver el documento del pacto. Y Jorge y su mujer vivieron, de este modo, felices.

Ocurrentes y, en ocasiones, con una cierta dosis de ironía, estos cuentos checos resultan una lectura aconsejable, especialmente, en las tardes oscuras y frías del otoño e invierno, para los lectores jóvenes y también adultos, no solo por su sencillez, sino también por su atractiva gracia y ese mensaje moral que se esconde bajo su simplicidad narrativa.