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Clásico

Errejón ¿pulpo, calamar o chivo expiatorio?


Bueno, bueno, bueno, que semana mas divertida. Hemos asistido a la puesta en escena de una obra repleta de mojigangas que, en horas veinticuatro, ha pasado de las musas al teatro, y su protagonista de bastidores a escenario, ya era hora, después de años ignorado por fin se han decidido a darle el empujón, se le acabó el disfrute de la manta protectora de sus conmilitones, ¿Qué habrá hecho o que no habrá hecho para que miembros de su manada se le tiren al pescuezo como leonas hambrientas a cuello de gacela?

Lo bueno que tiene esto es algo de consuelo, contemplando que tanto sujeto de buen vivir, con el dinero de nuestros impuestos, a veces se gana algo al proporcionarnos, no solamente disgustos, también algo de diversión, no solo los actores de grandes obras merecen un salario, también los cómicos y los payasos.

Y todo porque Cristina Follarás potó en el Instangran que tenía el testimonio de una victima de abuso por un político muy conocido que vive en Madrid, como el cura de Villalpando, que se encontró a una pareja en actitud indecorosa y se lo contó a la feligresía desde el pulpito, sin decir quiénes eran, pero sí que el padre de ella tenía un caballo blanco. Que ejercicio tan ejemplar de buen periodismo y cuanto dice de su catadura moral, además, anunció que tiene testimonios de mujeres que apuntan a otros líderes políticos, pues nada Cristi, compórtate y alégranos el día, desembucha, desembucha, que nos enteremos todos.

Ahora resulta que Errejón, con esa carita de niño crecidito es un pulpo, cuando cualquiera podría pensar que ni tan siquiera podría llegar a calamar. Ha sido largar Cistina y aparecer una tal Elisa Muoliaá denunciando unos hechos acaecidos hace tres años con todo lujo de detalles, aunque algunos de dudosa comprensión, se la llevó a una habitación, ¿y se dejó llevar?, cerró el pestillo y comenzó a meterla mano, pero no recuerda si por encima o por debajo de la ropa, pero sí que la quitó el sujetador y se sacó el miembro viril, que cosas, cualquiera dudaría de que bebito Errejón tuviera genitales maduros, aunque vete tú a saber, a veces el más canijo es el que la tiene más grande, en fin, que el relato es mosqueante e inclina a pensar que el motivo y el interés que la mueve no es precisamente contribuir a la defensa de las mujeres y hacer un favor a todas las abusadas, como dice.

No gana uno para sorpresas, resulta que la segunda denunciante es Aída Nízar, éramos pocos y la Bernarda parió trillizos. Aida se refiere a unos hechos acaecidos hace ocho años, Errejón la tocó el culo, y dice que se aguantó porque entonces un manoseo de retaguardia se consideraba un piropo, anda ya, será cierto, pero cuesta creerlo en una mujer de armas tomar que, si tal cosa hubiera sucedido y se hubiera sentido agredida, lo mas probable es que lo hubiera solucionado a la antigua, es decir, soltando a Errejón un guantazo que hubiera recorrido un pasillo de treinta metros de principio a fin rebotando contra las paredes, que es como se solucionaban antaño estas cuestiones y solo acababan en las comisarías y los juzgados si el abuso generaba consecuencias graves o superaba límites. Otra que se presenta como colaboradora en la defensa de las mujeres y lo que busca es estar en candelero para que los organizadoras de tertulias, espectáculos varios de escaso valor cultural y reality show, se acuerden de ella, es decir, para hacer caja.

Se anuncia una cadena de denuncias, pues nada, a esperar el desarrollo, que seguro se producirá cuando una simple denuncia genera méritos para obtener subvenciones y puestos remunerados en algún chiringuito morado, sin ningún riesgo de que te pidan cuentas si se demuestra que se trata de una falsedad.

Nadie va a creerse que la explosión del caso Errejón se ha producido ahora de forma espontánea, por reventón natural, hay que preguntarse a quien beneficia. Por una parte, y según algunos, puede ser una venganza del jefe Coleta Cortada y no te diría yo que no, bueno, que narices, es que sí. También puede obedecer a la razón de que a los morados se les está reduciendo el tamaño de la tarta y hay que disminuir el número de comensales. También al PSOE, aunque solo sea por su contribución a desviar el foco de sus turbios asuntos, por los que, más de uno acabará en el banquillo, no pasa día sin que se añada calderada al tanque de inmundicia que acumulan.

Es sorprendente como Errejón ha admitido su culpa, ¿se habrá prometido premiar su sacrificio o se le habrá amenazado con mayor castigo? Su carta de dimisión por cese es patética, no dice más que tonterías y no hay dios que le entienda, es mejor que se hubiera callado.

Errejón es otro ejemplar de auténtico y genuino mandamás comunista, partidario de que lo suyo es suyo y de lo de los demás ¿por qué voy a conformarme con lo que me toque en el reparto si mi sitio me permite afanar más? Incluso si esos demás son camaradas, y hasta me puedo permitir ejercer derecho de pernada, Mao pedía vírgenes, Errejón y su antiguo colega coleta no podían aspirar a tanto, pero no por falta de ganas y de intento.

Este asunto va a salpicar a bastante gente importante de la izquierda, Vamos a ver como explican las señoras ministras Yolanda Díaz y Mónica García el haber estado calladas durante tanto tiempo, ellas, tan feministas, porque o son cómplices o son tontas, puede que las dos cosas y algo más. Como vamos a tener buen gobierno con semejantes miembros en el Consejo de ministros.

Está claro que se trata de un caso de cuchillos largos, vemos a la derecha de espectadora sacar la silla a la puerta y contemplar el cortejo fúnebre de un adversario sin haber tenido que ver nada con su muerte. A ver si les sirve de algo para acabar con un gobierno al que le están lloviendo chuzos de punta, que se defiende como gato panza arriba y no hay quien pueda con él.