Las lluvias han sido las protagonistas de la campaña 2022/23 de la remolacha, que ha durado 79 días y ha tenido una interrupción de casi dos meses. Durante los días de molturación cayeron más de 214 litros por metro cuadrado. La primera parte comenzó el 25 de octubre hasta el 14 de diciembre, y la segunda, desde el 13 de febrero hasta el 3 de marzo.

Desde el comienzo de la campaña, la riqueza de la remolacha se ha situado en un nivel moderado de polarización, que es la concentración de sacarosa en la raíz, con una media final de 16,41 grados (17,64 en la campaña 2021-22). Esta reducción se ha producido por el estrés hídrico que soportó el cultivo y las elevadas temperaturas de verano.

El descuento medio ha sido del 7,30%, frente al 10,53% de la campaña anterior. Se han recibido 700.000 toneladas de remolacha de las 6.806 hectáreas contratadas de las provincias de Castilla y León, quedando solo 36 hectáreas han quedado en las tierras.

El 24 de enero, el Consejo Rector aprobó adelantar las liquidaciones de la campaña remolachera con el fin de evitar que se incrementaran más los costes financieros de los socios. Quienes ya habían realizado las entregas se les adelantó la liquidación final, sin esperar, como es habitural, 60 días al finalizar la campaña, mientras que los que tenían pendiente entregar parte recibieron hasta un adelanto del 80% de los que les correspondía por su remolacha contratada.

El presidente de ACOR, Jesús Posadas, calificó de "buena" la campaña, teniendo en cuenta las heladas de abril, la sequía del verano y las lluvias de diciembre. "El socio ha vuelto a mantener la rentabilidad a pesar de los elevados costes de producción. El Consejo Rector no ha dudado en subir el precio que depende de Cooperativa, varias veces, y en otorgar un retorno cooperativo una vez conocido el estado financiero, aplicando la subida del precio del azúcar al remolachero", señaló.