Mientras en la izquierda continúan las negociaciones para formar Gobierno, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, prepara los cambios en su cúpula y emplea su mayoría absoluta en el Senado como ariete contra Pedro Sánchez y sus posibles cesiones ante el independentismo catalán.

Además, cuando sigue sin clarificarse si habrá legislatura o España acudirá de nuevo a las urnas, el PP aprovecha el interregno para renovar algunas de sus estructuras territoriales, como las direcciones del partido en el País Vasco, Asturias y La Rioja.

Al mismo tiempo, persiste en llevar a las calles su oposición a la amnistía del 'procés' y a un referéndum de autodeterminación en Cataluña, con actos abiertos de partido como el que celebró este fin de semana en Toledo, el que protagonizará Feijóo en Málaga el próximo domingo y un tercero que se planea en Valencia.

Reorganización de la cúpula

Feijóo confirmó a principios de este mes que habrá ajustes en su equipo, una decisión que los dirigentes del PP aguardan desde la noche electoral. Los cambios, según informaron desde el partido, están supeditados a que se aclare el panorama político en España y si el PP lidera la oposición.

El 6 de noviembre Feijóo ha convocado la Junta Directiva Nacional, el mayor órgano entre congresos, pero no se prevé que el escenario se haya clarificado entonces y varios barones descartan que la reorganización del equipo se produzca en esa fecha. Además, es a otro órgano, el Comité Ejecutivo, al que compete validar las propuestas de Feijóo al respecto.

La expectativa más extendida en el PP es que Cuca Gamarra será una de las protagonistas de la reorganización. Se prevé que dejé de ostentar la Secretaría General o la Portavocía del PP en el Congreso. La decisión depende de Feijóo, aunque la mayoría apuesta por su continuidad como número dos.

Los estatutos del PP recogen en su artículo 48 que el secretario general debe ser nombrado entre los miembros del Comité Ejecutivo elegidos en el congreso del partido, un total de 35 vocales que limitan las alternativas. Sin embargo, el mismo apartado señala que las funciones de la Secretaría General pueden ser delegadas de forma permanente en un coordinador general, lo que en la práctica abre el campo de posibilidades.

Se espera además que Feijóo acabe con la tricefalia en Génova, donde con Gamarra comparten funciones simalres Elías Bendodo, como coordinador general, y Miguel Tellado, vicesecretario de Organización. A ellos se suma Pedro Rollán, al frente de la Coordinación Autonómica y Local.

En las previsiones está que Rollán deje una vacante, tras convertirse en presidente del Senado, y que Carmen Navarro, vicesecretaria de Estudios, libere otro puesto, pues formar parte de la Mesa del Congreso.

Feijóo debe nombrar además a sus portavoces en el Congreso y el Senado, donde figuran por ahora de manera interina Gamarra y Javier Arenas, respectivamente. De los elegidos se espera una oposición dura.

Las quinielas son múltiples aunque no pasan de ser quinielas, pues Feijóo guarda con celo todas sus decisiones y así lo admiten diferentes dirigentes.

Entre sus retos estará equilibrar el poder territorial en su cúpula, después de que el PP haya pasado de presidir cinco autonomías a gobernar en doce. Otra clave es que encuentre acomodo a los responsable salientes, una costumbre que le reconocen en el partido.

El Senado como oposición 

Junto a las denuncias de una cerrazón en el Congreso, el PP ha hecho ya valer su mayoría absoluta en el Senado y seguirá empleándola para oponerse a Sánchez, tal y como ha avisado el propio Feijóo.

Hasta la fecha, el pleno ha aprobado dos mociones propuestas por el PP en contra de la amnistía. La formación ha desplegado además su poder territorial llevando a sus barones a la Comisión General de Comunidades Autónomas, donde sin embargo el protagonista fue el president de la Generalitat, Pere Aragonès.

A futuro tiene múltiples herramientas por usar, como incluir en el pleno sesiones de control al Gobierno en funciones, mientras el Congreso sigue inactivo, tramitar comisiones de investigación, retrasar las iniciativas que lleguen desde el Congreso o convocar el debate sobre el estado de las autonomías.

Su mayoría absoluta le permite además pedir la comparecencia de los ministros del Gobierno, como se verá en el pleno del 7 de noviembre, cuando acudirá a la Cámara Alta el ministro de Asuntos Exteriores.

El abanico de posibilidades es amplio aunque el partido no ha decidido por el momento cuáles serán sus nuevos pasos.