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¿Qué va a pasar en Siria tras la caída de Al Asad?

Los expertos creen que la llegada de Trump a la Casa Blanca ha podido influir en que ni Irán ni Rusia hayan hecho nada por proteger a su aliado en Oriente Medio

¿Qué va a pasar en Siria tras la caída de Al Asad?
Álvaro Mellizo / EFE
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La caída del gobierno de Bachar Al Asad en Siria cierra un ciclo político de más de 50 años y supone un cambio de paradigma para toda la geopolítica de Oriente Medio, una transformación innegable de la que, sin embargo, aún están lejos de saberse las consecuencias, las causas últimas ni si traerá paz, o guerra, o libertades, dijeron a EFE analistas.

Los numerosos factores externos e internos, tensiones y distensiones, alianzas y contraalianzas que mantenían la endeble posición del Gobierno sirio han quedado deshechos y pocos vaticinios pueden hacerse salvo que Israel es el principal beneficiario estratégico; que Turquía gana muchísimos enteros en influencia en el país y que Irán es el gran perdedor en este juego.

Pero ahora quedan las dudas sobre qué papel tendrá el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS), un descendiente directo de Al Qaeda que, si bien ha intentado enmendar su imagen hacia posturas más moderadas bajo el líder Abu Mohamed Al Jolani, que ha predicado tolerancia durante los doce días de ofensiva que terminaron con el Gobierno de Damasco, aún tiene mucho que demostrar.

También falta por ver qué pasa con los kurdosirios, enemigos de Turquía, aliados de EE.UU y cuya relativa independencia de acción puede ser una espina en cualquier arreglo regional.

 

Evento mayor

 

"El colapso del régimen de Al Asad es un evento mayor para la región y en especial para el pueblo de Siria (...) pero su resultado dependerá de qué régimen se construye ahora. Los sirios comunes y corrientes no tienen muchas ganas de un gobierno despótico centralista, así que deberá ser un sistema que acepte las aspiraciones políticas de diversos sectores de la sociedad siria", resumió para EFE el profesor de Ciencia Política de la Universidad Americana de El Cairo, Sean Lee.

Lee, cuyo trabajo se centra en la situación de las minorías en Oriente Medio, subrayó que la tarea ahora para lograr ese resultado deberá tener en cuenta "no solo al núcleo de apoyo de la oposición" que ha derribado a Al Asad, sino también considerar a los islamistas de HTS, a los kurdos del noreste, a los simpatizantes alauitas de Al Asad en la costa o los drusos de Al Sueida.

"Tomará un tiempo largo para que Siria recupere algo de soberanía tras más de una década de guerra, y habrá un continuo toma y daca para influenciar en la Siria fragmentada. Sólo el tiempo dirá si el HTS y sus aliados realmente cumplen con lo que dicen sobre construir una Siria libre", razonó.


Algo más que una desbandada


Luciano Zaccara, profesor investigador del Centro de Estudios del Golfo de Qatar University en Doha, señaló que hasta que se sepa "qué se ha negociado, pues evidentemente se ha negociado", no se podrá aventurar qué pasará, salvo que habrá un periodo de "mayor inestabilidad".

Para Zaccara, "la desbandada del Ejército sirio, y que ni Irán ni Rusia hayan hecho todo lo que podían hacer para evitarlo... tal vez incluso con la llegada de Trump (Donald, a la presidencia de EE.UU) se haya negociado algo con Irán para garantizar algo a cambio de esta caída...", hacen pensar que algo se negoció entre los poderes regionales y globales.

Lo que sí está claro para el analista es que "el régimen de Asad estaba muy debilitado, desde hace muchos años", sostenido solo por Rusia e Irán con un acuerdo en 2020 "para mantener un 'statu quo' y evitar un mayor derramamiento de sangre".

"Pero el régimen estaba mas débil de lo que se pensaba y viendo la situación que se está desarrollando en todo Oriente Medio, no había muchas mas opciones para mantenerse en el poder. La fuerza de Al Asad eran sus aliados, pero todos están muy debilitados, Rusia, Irán, Hizbulá... No había recursos", dijo. Y sin recursos ajenos, la caída era evidente incluso para Al Asad mismo, lo que llevó a su huida del país.

Lee también sostiene esta posición, ya que "en realidad, la ofensiva lo que hizo fue empujar una puerta ya abierta" de la "carcasa vacía de un Estado".