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Clásico

Alguna esperanza queda. La calle se rebela


Al gobierno le están creciendo más enanos que a aquel director de circo que tuvo que suprimir el número por falta de personal. La calle se rebela, y hay fiscales y jueces dispuestos a hacer su trabajo con valentía y honradez, sin doblegarse a un gobierno de felones. La situación está para que no peguen ojo, pero ¿Vds. ven a Pedro Sánchez demacrado y con ojeras? pues yo tampoco, estoy convencido que, como el sociópata que es, sigue durmiendo a pierna suelta, como cuando dijo que nunca pactaría con terroristas ni gobernaría con Pablo Iglesias, lo hizo y se le ve cada vez más lozano y sanote.

Ya solo faltaba que empapelen a Puigdemont, además de por terrorista, por traidor, y parece que ya hay más que indicios. A ver si le tumban la ley de amnistía como dicen algunos optimistas, yo no estoy con ellos, creo que este nos mete la ley, aunque sea con calzador y a martillazos.

Se sabe de siempre que, cuando el campo francés se cabrea, su gobierno tiembla. Aquí no, nuestro gobierno, aprovechándose de que los agricultores son cuatro gatos y especie que, como dios no lo remedie, está abocada a la extinción por el empeño de los políticos, tiene la costumbre de no hacerles ni puñetero caso, aunque esta vez me parece que se la van a tener que envainar. Han metido los tractores, que están hechos para el campo y los caminos, en las autopistas y las ciudades, 2.000 en Barcelona, intentarán meterlos hasta la puerta de Ferraz y La Moncloa y ¿qué autoridad moral puede tener un gobierno para meter en vereda a los agricultores, cuando con los que la liaron mucho más gorda, además cumpliendo con todos los requisitos para ser considerados terroristas, en lugar de comportarse como un fornido domador lo haría con un tigre, se comporta como Susanita acariciando un gatito?

Los agricultores franceses, para acosar a su gobierno, como de costumbre, se dedican a sabotear los camiones que transportan productos españoles, desparraman y queman las mercancías, hasta se las llevan a casa, lo que faltaba, ya hasta ladrones. Anastasio, el de mi pueblo, sabía que, entre Roberto y Valentín, le dejaron la burra coja, pero él le pegó una hostia al cura. Es que el cura se aguanta y de paso me meto con la iglesia que me cae gorda, dio como explicación ¿Se imaginan Vds. a los agricultores y ganaderos españoles tirando a las cunetas las patatas francesas y las cisternas de leche que meten los franceses, una vez tras otra, tirándoles los precios, y a la guardia civil riéndoles la gracia?

Hombre, es que nosotros no somos tan salvajes como ellos, vale, lo acepto, lo que está mal está mal, y no debe hacerse, pero es que, cada vez me cuesta más aceptar que nos comportemos siempre como el cura de mi pueblo. Un consejo a los agricultores, de momento gozáis de la simpatía de la mayoría de los ciudadanos que, comprendemos que, cuándo a alguien se le pone entre la espada y la pared puede reaccionar a la desesperada, y razones os sobran, pero sed prudentes para que una actuación exagerada no se os vuelva en contra, colapsando carretera y ciudades hacéis daño a mucha gente y no todo el mundo y durante mucho tiempo, tiene paciencia suficiente.

Y no me refiero a los hipócritas que nos gobiernan ni a gente como el tal Unai, que además de sordo y calvo debe ser ciego o no ha pisado el campo en su vida, se comprende, pertenece a un colectivo que sabe más de mar, al menos de mariscos, aunque tampoco creo que le hagan ascos a un buen jamón de Guijuelo, parece mentira, nos quieren hacer creer que los jamones caen del cielo, como el maná. Sordo, calvo, ciego y además tonto, porque es de los que dicen que las empresas son de los trabajadores, pero, rey mío, si eso fuera así, no quedaríamos sin empresas y nos tendríamos que comer los mocos, o todos los trabajadores se convertirían en empresarios, y entonces ¿a qué te ibas a dedicar tú? So tonto. Corrían los últimos días del siglo pasado, cuando la diputada socialista Enedina Álvarez, que Dios la tenga en su gloria, llamó marrano al entonces presidente del gobierno José María Aznar.

Por mucho que insistió, la antedicha diputada, en que había empleado el término en su significado de judío converso, todos los diputados entendieron lo que todos entendimos, fuera o no su intención, que yo creo que lo era, y el señor Trillo, el de "manda huevos" dictaminó que no constara en el diario de sesiones, hoy, si alguna señoría se dirigiera al Sr. Feijoo en semejantes términos, la Señora Armengol pediría que la intervención constara por duplicado en el diario, claro que entonces el partido socialista era un partido de respeto, socialista y español, hoy no se si le podría considerar tan solo socialista.

Aquel partido jamás hubiera puesto en duda la unidad de España ni hubieran concedido el indulto a los golpistas catalanes, y mucho menos una amnistía inconstitucional y abominable como la que está en curso. Vamos, y de favores a etarras, ya me dirás. Me ha venido a la mente el asunto de Enedina Álvarez por un tema que, siendo de segunda o tercera importancia, comparado con todo lo que está ocurriendo, también está en candelero esta semana. Resulta que vamos a presentar al festival de Eurovisión una canción que se titula 'Zorras' ¿Es posible que no encontremos algo más decente para presentar a un festival al que, aunque no sea ni la sombra de lo que fue, se supone que nos presentamos para intentar ganar y que transmite imagen a toda Europa?

Pero tranquilos, que en Europa son medio tontos y no saben lo que significa zorra. Si, sé que es injusto, pero, pregunten en la calle, pregunten y vamos a ver si los encuestados no piensan como los diputados pensaron del término empleado por la diputada Enedina. Manda huevos, que diría Trillo, y todo porque dicen que así se lucha por los derechos de la mujer. Mas valdría que toda esa purrela, a la que cualquier cosa sirve para decir que empodera a las mujeres, tuviera dos dedos de frente y se diera cuenta de que hay favores que matan.

No sé si la canción dice, o dice que dicen, que, para ser mujer empoderada, hay que ser puta, sería mejor que no, aunque no dudo de que hay quien lo defiende. Y de la puesta en escena ¿qué me dicen?, por dios, preferiría a Rigoberta con su globo tetestre o al chiquilicuatre cantando su bolibí. Acompañan a la mocita cantante, ya entradita en años, unos maromos que parecen efebos libidinosos escapados de un bosque, a todas luces identificados como pertenecientes al colectivo del abecedario y exhibiendo nalgamen como si fueran bailarinas de barra en un club de alterne. Un espectáculo que, para una noche de desenfreno, parranda y discoteca puede tener razón de ser, pero para acudir a un festival que se precie de medianamente serio no, salvo que lo que se pretenda es llamar la atención, y creo que por ahí van los tiros, sin que importe hacer el ridículo, o precisamente así.

No creo que queden ni en quinto lugar, empezando por la cola, si no fuera así, otro paso más en la marcha del festival hacia el ostracismo, cada vez tiene menos espectadores y parece que no les importa, admiten cualquier cosa, por dios, exigid un mínimo, que no se pueda presentar ningún fulano o zutana con un bodrio infumable, ni aunque lo justifiquen como defensa de género, del cambio climático, supervivencia del planeta, de los ciempiés de una pradera en el antártico, o cualquier otra razón sin sentido que contribuya a anestesiar la mente del personal.