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Una grieta hacia el abismo

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Una grieta hacia el abismo
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.

Cuando el verano pasado, mientras media España ardía literalmente en llamas, Sánchez marcaba paquete en el Puerto del Miravete, a donde llegó en el Súper Puma, para reivindicar "la necesidad de convertir las políticas medioambientales en políticas de Estado". Desde allí se fue hasta Plasencia en una larga comitiva de vehículos oficiales blindados para subirse en el 'AVE' a Badajoz y desde allí volver a su palacio madrileño a bordo del Falcon, al grito de "el cambio climático mata personas y mata también a nuestro ecosistema".

Así fue el periplo sostenible y eco friendly del presidente para inaugurar el "tren del progreso y el futuro", que nueve meses después tarda más de seis horas en llegar de Madrid a Badajoz o viceversa y en el que, según hemos sabido esta semana, no es posible evacuar a personas con discapacidad si el tren se detiene en el túnel de Santa Marina, porque no cumple con la normativa. Las capacidades ferroviarias del Ministerio de Transportes presentan algunas grietas en los túneles. Un poco lo mismo que le pasa a Sánchez con el ecologismo, que de eslóganes va bien, pero al viajar, surgen grietas en sus convicciones.

El presidente se craquela y se desconcha a ojos vista. Y si su pretendida lucha contra el cambio climático se agrieta cada vez que reposta el Falcon y hay que llenar los depósitos del Súper Puma, qué decir de su gobierno de coalición progresista y feminista. En el pleno de la vergüenza propia, el del pasado martes para aprobar la toma en consideración de la reforma del sí es sí, la portavoz de Ciudadanos, que en su día también votó a favor con entusiasmo, explicó que "esta ley tiene una grieta". Y, visto lo visto, ya no está claro si es una grieta, una falla, un abismo o una fosa. Pero por ese agujero cabe todo el Gobierno.

Los que vieron el pleno tuvieron la ocasión de presenciar un espectáculo inaudito, el de un Gobierno ausente presentando una moción de censura contra sí mismo. Y mientras la portavoz de la segunda parte contratante de la coalición, Podemos, acusaba al PSOE de darse la mano con el PP, "fascistas", para "dar la espalda a todas las mujeres de este país", la portavoz de la primera parte contratante, el PSOE, para la que inexplicablemente "la ley es buena por muchos motivos", pero "no está funcionando adecuadamente", recordaba a la segunda parte contratante que "estamos cansadas de sus peroratas" y necesitamos "menos eslóganes y más propuestas concretas para mejorar esta ley". Digo yo, que en la medida en la que una ley tan "pionera y que está a la vanguardia" (Sánchez dixit), se pueda mejorar. La tercera parte contratante no está ni se la espera: "¿Dónde estás, dónde estás, Yolanda?, te busqué, te busqué Yolanda, y no estás, y no estás Yolanda".

Todo resultó absolutamente inaudito, empezando por un Gobierno tan progresista, unido y feminista tirándose a la cara las mujeres como si fuesen la vajilla de su boda, no para defender sus derechos en la víspera del 8M, sino para aferrarse a unos cargos de los que no se van a marchar hasta que no les llegue el lanzamiento de los resultados electorales. Pero, sobre todo, inaudito escuchar a una portavoz socialista decir que basta ya de eslóganes.

Esta grieta tiene mal arreglo y corre el riesgo de convertirse en un agujero negro. Pero hay más. Porque, aunque según Patxi "no hay caso", ahí sigue el Tito Berni, otra grieta con tal despliegue audiovisual que va a ser complicada de tapar, por mucho que, como decía Jean François Revel, "los socialistas tienen una idea tan alta de su propia moralidad que, al oírlos, uno casi creería que cuando se entregan a la corrupción, no es que su virtud quede empañada por haber sucumbido a la tentación, sino que, por el contrario, lo que ocurre es que vuelven honrada tal corrupción". En cambio, lo de la Kitchen y la foto en sepia de Feijóo bien merecen una tercera comisión de investigación.

Al día siguiente al del pleno de marras se celebró la sesión de control de los miércoles. Y allí sí pudimos ver a Pedro Sánchez en carne mortal, el hombre que el día antes dejó solo a esa ministra a la que puso, por el mero hecho de ser la mujer de su vicepresidente, al frente de un ministerio que consideraba sin importancia. El mismo que también había dejado sola a su ministra de Justicia defendiendo la necesidad de reformar esa ley cuya aprobación ordenó y elogió, pese al malestar del feminismo socialista. El presidente que protege a las mujeres.

Daba cierta lástima verlo bracear como un boxeador sonado, intentando agarrarse al vicepresidente de VOX en Castilla y León o a la solapa de un traje de Camps. Pero solo encontraba árnica, vaselina y un poco de aire en el rincón del Partido Popular Europeo, que presentó y aprobó esa directiva de paridad que el doctor en Economía trata de hacer pasar por suya, como ya hizo con su tesis. Escuchando sus metáforas náuticas se hacía muy presente el Titanic, al que, como a este gobierno de coalición, también le reventaron los remaches en su primera travesía.

Grietas en el ecologismo, grietas en el feminismo y grietas en la "tolerancia cero" con la corrupción del partido de los EREs andaluces, los principales pilares sobre los que se sustenta el chamizo de retales que nos gobierna. Y las ocurrencias para taparlas se revelan meros intentos de cubrir socavones con una sábana. En cuanto uno pisa... Como lo del paro, que tanto presumir de crear empleo y luego, sin que Yolanda se entere, va un funcionario del SEPE, que deben estar muy contentos con la ministra, y desvela las cifras de fijos discontinuos, esos que ahora no son parados pero que no trabajan y cobran el paro.

Pese a esos eslóganes del Gobierno que ahora no le gustan a la portavoz del PSOE, nos hemos enterado de que antes de la reforma laboral, en marzo del año pasado, eran 197.000 y en diciembre eran ya 443.000. De ellos, 174.000 ni tienen empleo ni cobran la prestación porque no tienen suficientes meses cotizados. Y 268.000 no trabajan y cobran el paro. Estos últimos eran sólo 77.000 antes de la reforma de Yolanda. Y como la ministra de Trabajo es muy de sumar, pues si sumamos estas personas a los parados oficiales, que son 2.837.000, nos salen 3.280.000, lo que nos sitúa en los niveles de 2010, en plena crisis, cuando en el imaginario gubernamental Rajoy llegó con los recortes, pero el presidente era Zapatero.

Y la penúltima ocurrencia, atentos que habrá más, es lo de presumir de patriotismo a cuenta de que una empresa multinacional quiere cambiar su sede de un país europeo a otro. En esta semana loca, en menos de un día han pasado de decir que Holanda es un país "de máxima presión fiscal" (Patxi López) a un "paraíso fiscal" (Nadia). Que no sé yo si será un paraíso, pero lo que sí parece es que España es un infierno. Por lo menos la otra Montero presume de que el año pasado ha recaudado 34.000 millones más que en 2021, que también fue récord de saqueo. Y con toda esa pasta, pues ya vemos lo bien que están los colegios y los hospitales, por no hablar de los trenes que eso sería tener mala leche.

Y, por supuesto, dinero fresco para las pensiones y que los abuelos puedan pagar los gastos de sus hijos y nietos, que es como Chiqui entiende que debe funcionar el país. Así que también nos hemos enterado de lo patriota que es Pedro Sánchez. Tampoco hace falta que lo vaya pregonando, con esa trayectoria presidencial junto a Bildu y ERC que le avala con creces como el campeón español del patriotismo, esta "virtud de los depravados" que decía Óscar Wilde. Todo es ya una inmensa grieta hacia el abismo.   

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2 Comentarios

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señor equis 3/10/2023 - 6:51:11 PM
Este lumbreras se entera ahora de que los fijos discontinuos no se contabilizan como parados... debe ser que durante los últimos 40 años, esto no importaba a nadie. Eso sí, no se le verá clamar al cielo por las horas extras sin pagar, ni por otros abusos. Al otro espabilado que mezcla churras y merinas, la educación hace más por evitar violadores que penas larguísimas. La prisión permanente revisable no impidió a Ana Gabriel matar al hijo de su novio, ni a José Bretón matar a sus hijos, ni al que se ha juzgado esta semana por matar a su expareja y a la hermana y madre de ésta. Ni a un cura abusar de un menor. Las penas no impiden la comisión de delitos y las manos manchadas de sangre las tienen quienes siempre dudan de las víctimas de agresiones sexuales, pues eso sí da verdadera impunidad a los culpables. Y todo esto al margen de la decisión de jueces de reducir condenas a quienes la nueva ley no se las habría hecho más cortas. Pero la judicatura ya se sabe de quien depende: del Opus Dei.
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jose garcia 3/10/2023 - 9:30:15 AM
731 violadores y pederastas beneficiados por la ley del sí es sí. Muchos, en la calle. Gracias, Pedro. Gracias, Irene. Gracias, feministas calladas como...subvencionadas. Gracias, votantes de PSOE y Podemos. Si les volvéis a votar, seréis sus cómplices. Y que la sangre de las víctimas inocentes caiga sobre vosotros.
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