El VAR anula un gol a Argentina en los Juegos Olímpicos dos horas después de haber anotado el tanto

La selección de Argentina perdió en su debut en los Juegos Olímpicos de París en un partido disparatado, con una resolución surrealista dos horas después de que el choque se diera por finalizado. 

La Albiceleste había renacido cuando lo tenía todo perdido, porque al inicio del segundo tiempo Marruecos mandaba por 0-2 con cierta solvencia.

La magia de Ilias Akhomach y la pegada de Soufiane Rahimi habían puesto en un absoluto compromiso a la selección argentina, que en un visto y no visto, entre el final del primer periodo y el inicio del segundo, tenía un 0-2 en contra ante un rival muy bien armado que confirmaba su ambicioso proyecto en este torneo.

El talentoso jugador del Villarreal, formado en las categorías inferiores del Barcelona y que fue incluso internacional español en los equipos 'pequeños' pero que finalmente se decidió por jugar con Marruecos, rompió en añicos a la Albiceleste de Javier Mascherano, víctima de su inspiración.

Tras un primer periodo equilibrado, sin apenas llegadas, en la prolongación Ilias Akhomach se inventó un bello gesto técnico, con taconazo incluido, que sirvió a Bilal Al Khannouss para que Rahimi, del Al Ain emiratí, esnivelara la balanza.

Le quedaba todo el segundo tiempo por delante a Argentina para enmendar la situación. Pero nada más reanudarse el partido, un ligero empujón de Julio Soler sobre la espalda del propio Ilias fue castigado con un penalti por el sueco Glenn Nyberg que materializó Rahimi.

Un circo

Javier Mascherano, seleccionador argentino, recurrió al delantero del Alavés Giuliano Simeone y este reflotó a su equipo con su ambición anotando el 1-2. En el arreón final y en una prolongación eterna tras la salida de varios espontáneos, parecía haber encontrado el premio a su acoso y a su fe con un postrero tanto en el minuto 106, después de varios rechaces, incluso de la madera, del mediocampista del Boca Juniors Cristian Medina.

El tanto significaba el 2-2, pero el lanzamiento de un petardo y una invasión de campo obligaron al colegiado sueco Glenn Nyberg a mandar a ambos equipos a los vestuarios.

Parecía todo terminado, pero nada de eso. El sistema informativo de los Juegos indicaba que el partido estaba interrumpido. Hubo negociaciones y conversaciones inacabables. El VAR atestiguaba finalmente que había existido fuera de juego en la loca jugada que concluyó con la diana de Medina, así que para completar el cuadro se decidió reanudar el partido con 1-2 en el marcador, a puerta cerrada y sin público en las gradas del estadio Geoffroy-Guichard.

Se jugaron los tres minutos extra de la intervención del VAR. Argentina lo intentó, atacó lo que pudo pero no encontró la recompensa y acabó por salir derrotada cuatro horas después de comenzar el choque. Fue el colofón increíble a un día negro para el mundo del deporte.