Fueron cinco días en los que el PSOE entró en shock creyendo que era posible su marcha a la vez que pedía a su líder que no tirara la toalla
Cuando Sánchez amagó con irse: un año de su reflexión más personal
Fueron cinco días en los que el PSOE entró en shock creyendo que era posible su marcha a la vez que pedía a su líder que no tirara la toalla
"He decidido seguir". Esta frase pronunciada va a hacer ahora un año por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, despejó la incógnita que él mismo había planteado unos días antes y con la que abrió la puerta a abandonar su cargo por los ataques que denunciaba contra él y su esposa, Begoña Gómez.
Este jueves, 24 de abril, se cumplirá el primer aniversario de su carta a la ciudadanía en la que comunicaba que se daba cinco días para reflexionar y tomar una decisión al respecto, evaluar si le merecía la pena continuar después de que un juzgado de Madrid abriera diligencias de investigación contra su mujer.
Con gesto muy serio acudió la mañana de esa jornada al Congreso, pero nada hacía presagiar que horas después iba a publicar la misiva en la que parecía poner en peligro su fama de resistente. Fueron cinco días en los que el PSOE entró en shock creyendo que era posible su marcha a la vez que pedía a su líder que no tirara la toalla, mientras que la oposición los vivió con escepticismo pero también expectante ante la decisión final.
Punto y aparte
Y la decisión, tras una reflexión muy personal junto a su familia, fue que continuaba, que lo iba a hacer, según sus propias palabras, "con más fuerza si cabe", y que a partir de ese momento escribía un punto y aparte en su mandato y trabajaría sin descanso por la regeneración que consideraba pendiente y por el avance y consolidación de derechos y libertades.
No ha vuelto desde entonces a dejar resquicio alguno públicamente a su abandono o a que la legislatura pueda verse acortada, ya que repite en actos de Gobierno y de partido que está determinado a seguir, que las elecciones generales serán cuando tocan, en 2027. Lo afirma contando con que sus socios de investidura no van a favorecer ninguna jugada que precipite los acontecimientos, pero asumiendo que la aritmética parlamentaria es la que es y tampoco le van a poner fácil el camino que queda por delante.
Es lo que ha comprobado en varias ocasiones en el año transcurrido desde que confesó su titubeo, ya que esos aliados han impedido que prosperaran algunas de las iniciativas que pretendía impulsar su Gobierno y han propiciado que siga sin aprobarse presupuesto alguno en la presente legislatura. Cuando anunció su continuidad tras ese periodo de reflexión dijo ser consciente de que no iba a parar lo que consideraba una campaña de descrédito contra él y su esposa que afirmó que estaba en marcha desde que llegó a Moncloa, en 2018.
Prosigue la investigación
Más allá de su interpretación de los hechos, lo cierto es que prosigue la investigación judicial contra Begoña Gómez por su actividad profesional en la Universidad Complutense de Madrid, donde codirigió una cátedra, y por su relación con el empresario Juan Carlos Barrabés, que consiguió adjudicaciones de contratos públicos.
En el contexto de toda esa acción judicial se enmarca que el juez que lleva el caso, Juan Carlos Peinado, haya acudido esta semana por segunda vez al Palacio de la Moncloa. Si en julio pasado lo hizo para tomar declaración al propio presidente del Gobierno, en esta ocasión fue para interrogar al ministro Félix Bolaños como testigo por el nombramiento de una asesora de la esposa de Sánchez.
Pero el jefe del Ejecutivo mantiene su discurso de que el tiempo pondrá las cosas en su sitio y se comprobará que no hay nada, que todo es consecuencia de una estrategia de la derecha política, mediática y judicial que alimenta lo que bautizó como "máquina del fango" y que está condenada al fracaso.
Plan por la democracia
Para luchar en gran parte contra ella anunció un Plan de Acción por la Democracia al que dio luz verde en septiembre pasado el Consejo de Ministros, con medidas que irán goteando hasta el final de la legislatura. Hasta 31 son las iniciativas que pretende impulsar, entre ellas crear un registro de medios de comunicación para conocer sus propietarios y la publicidad que reciben, aumentar la transparencia institucional, perseguir la desinformación y los bulos, reformar los delitos de injurias a las instituciones del Estado u ofensas a los sentimientos religiosos, y modificar la ley electoral.
Este mismo martes el Gobierno aprobó el anteproyecto de reforma de esa legislación electoral para hacer obligatorios los debates en medios públicos en el transcurso de una campaña. Moncloa garantiza que poco a poco se va a ir haciendo realidad ese plan en medio de un mandato con problemas añadidos como las consecuencias de la dana o de la guerra arancelaria provocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Si nada ha sido fácil en los últimos doce meses, nada lo ha sido tampoco desde que llegó. Es lo que se afirma en el círculo más cercano a Sánchez para apostillar que si su resiliencia estaba más que demostrada, la situación que vivió hace ahora un año, lejos de ser una muestra de debilidad, fue un punto de inflexión que la fortaleció aún más. "Una parada de cinco días -dicen- para coger impulso".