La única biblioteca del mundo de cuerdas, nudos y bolas de papel que un día fueron arrojadas a la papelera ha llegado a la 37ª edición de Titirimundi para demostrar que la escuela analógica tiene "más fuerza que nunca" para atrapar la atención de los más pequeños y despertar su sed de conocimiento.

José Antonio Portillo, que fue maestro de escuela antes de dedicarse al espectáculo, ha creado a lo largo de los últimos veinte años un archivo enorme de cilindros de telas que contienen "mensajes de cuerdas y nudos", manuscritos y objetos creados por niños en la escuela o durante sus talleres por toda Europa.

Todos estos objetos permanecen expuestos desde ayer en unas estanterías que forman un gran habitáculo circular en el Patio del Palacio de la Diputación de Segovia, que desde ayer recibe la visita de niños y adultos en pases vespertinos, cada uno de los cuales es totalmente único porque su curso depende de las preguntas del público.

"Esto es una escuela analógica, que con el tiempo se ha demostrado que sigue teniendo mucha fuerza porque invita al niño a querer saber, a querer preguntar, a querer conocer? y es una escuela intemporal", ha explicado el artista en un pase de prensa este viernes.

En grupos de entre treinta y cinco y cuarenta personas, niños y adultos entran en esta peculiar biblioteca y, después de unos minutos de exploración, comienzan a preguntar al director por las historias detrás de estos recuerdos y a debatir entre ellos sobre los estimulantes objetos encontrados.

"Entran aquí y yo me la juego con una bola de papel. No hay efectos, no hay sonidos, es lo más parecido a un día de escuela, solo existen los objetos, la palabra y el silencio", ha descrito el ideólogo de este espectáculo, que invita al público en cada lugar que visita a que le dejen con él sus creaciones para nutrir su archivo.

PROYECTOS SINGULARES FRENTE A UN TURISMO "VORAZ"

Portillo ha puesto en valor, en declaraciones a los medios, el "esfuerzo" que hacen Titirimundi y las compañías por incorporar a la programación "proyectos singulares" como el suyo, cuyo transporte y montaje es tan complejo que suele cerrar funciones en cada ciudad durante un mes para que sea rentable.

"Yo espero que vuelvan las partidas económicas a su estado natural porque si no, proyectos singulares no van a poder venir", ha reivindicado el docente.

Se ha referido así a las dificultades que ha vivido el festival en los últimos años por el recorte de financiación por parte de la Junta de Castilla y León, situación que llegó a poner en peligro la continuidad del festival en 2021.

Este año, la directora del evento, Marian Palma, ha denunciado los problemas que han tenido para sacar adelante la programación sin saber la aportación que hará a esta edición tanto el Ejecutivo autonómico como el Gobierno central, a través del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Música del Ministerio de Cultura.

Juan Antonio Portillo ha subrayado también la importancia del festival por su "singularidad": "Yo vengo de Benicasim, la ciudad de los festivales de música. Cuando queráis os cambio un festival de música por el de Titirimundi", ha bromeado.

"Estamos en un momento de un turismo muy voraz, pero yo creo que al final la gente buscará lo singular", ha reflexionado el dramaturgo.

Más allá del peculiar habitáculo circular de Portillo, este viernes se han multiplicado las funciones en el programa respecto a los dos días anteriores ante la llegada del fin de semana, con cinco espectáculos en salas, siete en patios, cuatro en la calle y dos presentaciones de libros.

Además del tradicional Circo de las Pulgas, se llevarán a cabo a lo largo del día en patios de edificios históricos de Segovia como el Jardín del Palacio Episcopal o las ruinas de San Agustín casi una treintena de pases de Compagnie de L?Echelle (Francia), las españolas Teatro Arbolé, Ymedio Teatro y Teloncillo o Claudio Levati & Niels Peter Kloft: Dansk Rakkerpak (Italia-Dinamarca).

En la calle, los grupos Nakupelle (Estados Unidos-Finlandia), Troula (España) o Pikz Palace (Bélgica) congregarán a su alrededor a las habituales multitudes de niños y adultos que se forman en las calles y plazas de la ciudad, espacios que los segovianos tendrán que compartir a partir de hoy con los visitantes que se desplacen desde otras provincias.

Ya en los teatros, cerca del final de la tarde e incluso en horario nocturno tendrán lugar algunas de las obras dedicadas al público adulto, como las españolas La Pai y Escarlata Circus y Fekete Seretlek & Studio Damúza (República Checa-Eslovenia), que inauguró el festival en el Teatro Juan Bravo el pasado miércoles.