Así trabajan los 'ángeles de la guarda': el grupo de rescate de Castilla y León alcanza las 1.500 operaciones

El Grupo de Rescate y Salvamento de la Junta de Castilla y León realizó el pasado sábado su rescate 1.500 desde que su fundó, en 2006. Fue en los Cañones de Góngora, en la provincia de León, donde se auxilió a una mujer con una lesión en un brazo.

El grupo está operativo todos los días del año, desde su base en la localidad vallisoletana de Alcazarén, un punto céntrico en la Comunidad, "lo que facilita la capacidad de repuesta y garantiza la optimización de sus tiempos", explican desde la Junta de Castilla y León. Cuenta con un helicóptero para trabajos de protección ciudadana, muy especialmente de rescate montaña y alta montaña, equipado con una grúa con 90 metros de cable que facilita la evacuación de las víctimas sin necesidad de tomar en tierra.

En cuanto a su tripulación, que se halla en la misma base de Alcazarén a pie de helicóptero, está integrado por un piloto, un operador de grúa y dos rescatadores, uno de los cuales, además, posee la titulación de Grado de Enfermería.

Evolución

En el año 2017 se introdujo la figura del enfermero-rescatador en el grupo de rescate y salvamento. Con esta incorporación se dota al grupo de más capacidad en las situaciones más complejas donde hay heridos. Así se ha conseguido prestar asistencia sanitaria inmediata en este tipo de incidentes.

En 2023 se actualizó el modelo de helicóptero, pasando de un H125 monoturbina a un H145 biturbina, "doblando las capacidades operativas y permitiendo la sanitarización completa de las operaciones de rescate".

En cifras

De los 1.500 rescates realizados, el 83% presentaban problemas de origen traumático y el 17% patologías médicas o ambientales. El 75% de los rescatados precisaban asistencia sanitaria en el lugar del accidente previa a la evacuación. De ellos, el 21% presentaba heridas graves y el 3%, críticas. Los datos revelan que en el 53% de las intervenciones de rescate se hace imprescindible la presencia de un sanitario en el equipo de rescate.

La mayor parte de los rescates se concentran en los meses de julio y agosto (13,5% y 17,5% respectivamente). Los meses con menos accidentes en el medio natural son los de invierno, cuando las condiciones ambientales (frío, nieve y menos hora de luz, entre otros), la complejidad de las actividades invernales, el manejo del equipamiento y la técnica de los aficionados son más complejos y exige una preparación específica y un mayor compromiso.