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El librito de oraciones 'de San León Papa', pieza del mes de enero del Museo de Segovia

El texto se halló en la tumba de Isabel de Zuazo, junto a bulas de indulgencia, y fue prohibido por la Inquisición por su condición de amuleto.

El librito de oraciones 'de San León Papa', pieza del mes de enero del Museo de Segovia
José Antonio Quirce
José Antonio Quirce
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Durante la restauración y excavación en el sepulcro de Isabel de Zuazo, en la iglesia de San Esteban de Cuéllar (Segovia), en un paquete junto al cuerpo fue encontrado un conjunto de bulas de indulgencias y un librito de oraciones a San León Papa, con título en castellano, pero con el texto en latín.

Isabel de Zuazo era natural de Olmedo, pero vivió en Cuéllar con su marido, Martín López de Córboba Hinestrosa, regidor de la villa y maestresala de Enrique I.

La oración encontrada junto a las bulas se atribuye al papa León III, y se dice que éste la envió a Carlomagno como medio de defensa contra los enemigos y remedio para todo tipo de adversidades. Aunque está documentada la relación entre ambos personajes (el papa le coronó como emperador en el año 800), no se puede acreditar científicamente la autoría por el papa santo.

El librito supuestamente protegía a su portador de todo tipo de peligros: contra la muerte súbita sin confesión, contra tormentas, enemigos y el diablo. El objeto no es un libro al uso, no solo por su pequeño tamaño (10 cm de alto), sino porque no estaba destinado a la lectura habitual. En realidad, se concibió para ser llevado como acompañamiento y protección: era habitual portarlo en un escapulario, e incluso como libro-joya, pues lo importante era su acción, no tanto su texto. Era, en consecuencia, un objeto empleado como amuleto.

Prohibido por la Inquisición

Debido a esta condición, a mitad del siglo XVI se consideró que era de carácter supersticioso y su versión en romance fue prohibida por la Inquisición, primero por la de Portugal, en 1551 y después por la española, en 1559.

La reina Isabel la Católica tuvo tres ejemplares que se conservaban en una de las arcas de su recámara, donde estaban sus objetos personales más apreciados. Tras la destrucción de la mayor parte de ejemplares, provocada por la Inquisición, se han conservado tan solo tres, dos de ellos incompletos y el de Isabel de Zuazo el mejor conservado.

El librito está actualmente dentro de la exposición temporal en el Museo Zuloaga de Segovia '1474. Isabel, reina en Segovia'. No tiene datos de impresión, pero está impreso en las prensas salmantinas de Juan de Porras a principios del siglo XVI, en un arco cronológico que abarca entre 1502 y 1520, fechas en que Porras emplea la misma tipografía.

El ejemplar, restaurado, está falto de la hoja A8 y tiene una pequeña mutilación en la parte superior, con pérdida de texto. Está encuadernado con un fragmento de pergamino que formó parte de un manuscrito.

Es un objeto y documento que, tras una azarosa andadura y después de servir para la salvación del alma de Isabel de Zuazo, se ha recuperado como testimonio de una época en que la presencia tan cercana de la muerte arrastraba a los creyentes asegurar lo más posible su paso a la vida eterna cristina, evitando el aterrador infierno de la época.