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Más de cien intoxicaciones por monóxido de carbono en Castilla y León en un año

Un gas tóxico, inodoro e incoloro que se produce por la combustión incompleta de los hidrocarburos y cuya inhalación puede ser muy nociva para la salud

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Más de cien intoxicaciones por monóxido de carbono en Castilla y León en un año
Combustión en una cocina de butano.
Isabel  Rodríguez
Isabel Rodríguez
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El monóxido de carbono (CO) fue responsable de 107 casos de intoxicaciones en Castilla y León, cinco más que en 2020, el año de la pandemia, y 21 más que en 2023, según los datos de la Gerencia de Emergencias Sanitarias de Sacyl, integrada en el 112 Castilla y León, y facilitados a EFE por la Consejería de Sanidad.

El último caso, con resultado fatídico, se ha producido este pasado martes. Un hombre de 66 años falleció por una posible intoxicación por inhalación de monóxido de carbono, al parecer procedente de una cocina de carbón de una vivienda en la localidad leonesa de Almázcara, ha informado el servicio autonómico de emergencias 1-1-2 en su web.

La estadística del 2024 -en la que no están contenidos todos los que son, solo los casos que revisten mayor gravedad- refleja 18 casos en la provincia de Palencia, por delante de los 17 de Zamora y los 15 de León.

Ademas se registraron 14 en Segovia, 13 en Salamanca, 12 en Valladolid, 10 en Ávila, 6 en Burgos y 2 en Soria.

El CO, un asesino silencioso

El CO, un asesino silencioso que se cobra vidas en los meses más fríos, fue responsable en 2023 de 86 intoxicaciones en Castilla y León frente a las 90 de 2022 atendidas por los equipos de profesionales de la red de Unidades Móviles de Emergencias (UMEs) de la Comunidad.

En ambos años, el 2023 y el 2022, León (20 y 20) encabezó la estadística por delante de provincias como Salamanca (17 y 7), Valladolid (8 y 15), Zamora (8 y 13), Segovia (10 y 7), Ávila (7 y 11), (Palencia (7 y 6), Burgos (2 y 10) y Soria (7 y 1), según datos recogidos por EFE. 

El CO es un gas tóxico, inodoro e incoloro que se produce por la combustión incompleta de los hidrocarburos. Su inhalación puede ser muy nociva para la salud y su intoxicación, que se produce al respirarlo, puede provocar manifestaciones clínicas que van desde una sintomatología inespecífica (como dolores de cabeza matutinos) hasta la muerte.

El cuerpo se va quedando sin oxígeno sin darse cuenta. La hemoglobina es la molécula contenida en los glóbulos rojos que lo transporta desde los pulmones hasta los tejidos.

La alta toxicidad del monóxido de carbono se debe a que tiene una afinidad por ella 210 veces mayor que el oxígeno. Aunque la concentración en el aire sea muy baja, un gran número de moléculas de hemoglobina captan el monóxido de carbono en lugar del oxígeno.

Cuando el 40 por ciento están ocupadas por el monóxido de carbono, y pese a que el 60 por ciento restante sigue transportando oxígeno, la persona se aturde y es incapaz de pensar con claridad.

El uso doméstico de hornos, estufas de gas, calentadores y chimeneas de leña en situaciones de funcionamiento subóptimo o utilizados en espacios mal ventilados está detrás de muchos de estos incidentes.

Se aconsejan alarmas o sensores de CO

Por eso, se aconseja instalar alarmas o sensores de CO en determinados lugares de la vivienda para detectar su presencia.

El monóxido de carbono desplaza al oxígeno y se distribuye homogéneamente al ser tan denso como el aire. En cualquier caso, si los mismos síntomas (dolor de cabeza, mareo, debilidad, náuseas, vómitos, confusión y adormecimiento) se repiten en el resto de miembros de la familia, las alarmas se deben encender antes de caer en la inconsciencia. Hay que apagar la caldera, abrir las ventanas y llamar al 112.

Las intoxicaciones por escapes de gas natural también deben ser tenidas en cuenta. En este sentido, el butano, al pesar más que el aire, baja; mientras el metano, sube. Eso explica casos en dúplex donde sólo se han intoxicado los inquilinos del piso de arriba.